Los pendientes
Rescato aquí con un poco de retraso un documento histórico.
El 22 de febrero,en plenos carnavales, se montó una señora calçotada en Can Alomar.
En medio del jolgorio y la gula desatada se procedió a la perforación de las orejitas de mi niña. Lidió los toros el doctor Alomar quien, con mano firme y pulso sereno, y desoyendo todos los contradictorios consejos del respetable, llevó a buen termino la operación.
Total nada, cuatro lloros y tan tranquila. Una campeona.
Impresionante. Ante los comentarios de Tilde "esto es como abrir una botella con el sacacorchos", contesta mi hermano "no, esto es como la matanza del gocho". Hipócrates no lo hubiera definido mejor ...
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